¿POR QUÉ DEBERÍA DIRIGIRSE AL MERCADO DE VIAJEROS SENIOR?
El turismo sénior constituye uno de los sectores de mayor potencialidad de crecimiento de la Silver Economy. Una actividad en expansión que ofrece importantes espacios de oportunidad para quienes sepan entender correctamente la esencia de la diversidad que caracteriza este colectivo y profundizar en el enfoque de valor y la conexión con el mismo.
Según la Organización Mundial del Turismo (OMT) el turismo sénior constituirá uno de los grandes espacios de oportunidad y dinamización para el sector en las próximas décadas. Dos son las razones principales que lo explican a nuestro juicio.
Por una parte, su dimensión creciente de mercado. La OMT calcula que la población mayor de 60 años llegará a realizar a nivel mundial más de 2.000 millones de viajes internacionales en 2050.
El progresivo envejecimiento demográfico (una cuarta parte de la población mundial será mayor para ese año frente a solo el 10% que lo era en el 2000), con la incorporación masiva de la ola de nuevas generaciones de mayores (babyboomers), más formada, con recursos y, sobre todo, una actitud enormemente vitalista, conducen a este organismo a señalar al crecimiento del turismo sénior como una de las grandes tendencias mundiales del sector para los próximos años.
En el caso español, y para el periodo previo a la pandemia que ha generado una gran distorsión en las estadísticas, el turismo orientado a las personas de más edad tenía ya un peso muy relevante. De hecho, un 29,6% del total de viajeros residentes en España de más de 15 años en 2019 fueron de 55 años en adelante, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y si procedemos a hacer un zoom en este grupo poblacional específicamente, se observa que más de la mitad de la población de dicha edad, un 56,1%, viajó en dicho año. Sin duda, valores muy importantes, pero al que hay que añadir, además, la perspectiva internacional.
Efectivamente, España, como gran potencia receptora de turistas internacionales, también refleja entre sus estadísticas el enorme impacto del turismo sénior. Así lo refleja un reciente estudio realizado por Oxford Economics, donde los turistas de más de 50 años que visitaron nuestro país en dicho año 2019 (30,3 millones de un total de 83,5 millones visitantes, un 36 %) generaron 35.660 millones de euros en valor añadido al PIB nacional, destacando especialmente Reino Unido, Alemania y Francia como países emisores de visitantes sénior. .
Las proyecciones demográficas nacionales e internacionales no dejan lugar a dudas en cuanto al crecimiento imparable de la población sénior, y con ello, de su demanda de bienes y servicios, entre los que los turísticos ocupan un lugar destacado, especialmente entre los mayores más jóvenes. Si hoy las personas de 65 y más años representan en nuestro país aproximadamente el 20% de la población, en 2035 serán el 26,5% y el 31,4% en 2050.

Los sénior, una nueva mayoría demográfica que se abre paso con un propósito claro: vivir su tiempo vital con plenitud, y viajar está entre una de sus preferencias principales.
Y, por otra parte, la enorme diversidad de este colectivo que está impulsando nuevos nichos de mercado de gran proyección y facilitando la aparición de nuevas líneas de negocio y jugadores.
En efecto, lejos de la antigua y trasnochada imagen de personas mayores agotadas, con un marco de expectativas vitales reducidas o sin interés de conocer más mundo, los mayores de nuestros días -y los que irán sumándose en años venideros- se muestran como personas de espíritu joven, con ganas de recorrer los más diversos sitios y seguir enriqueciendo su bagaje experiencial, porque son buscadores y demandantes de nuevas experiencias.
Viajar es más que hacer turismo para una gran mayoría de las personas sénior que esperan que sus viajes no solo sean agradables, sino memorables. Un descubrimiento constante, de lugares y personas, que les aporte un valor personal, un valor por el que están dispuestos a pagar, representando un mercado enormemente lucrativo. No olvidemos que viajan de media con más frecuencia, durante más tiempo y con un gasto medio habitualmente superior al de otros viajeros de menor edad.
De lo que hablamos es que se está ampliando y complejizando el perfil del turista sénior, porque no es uno, sino muchos y variados perfiles. Es más exigente y demanda nuevas experiencias, más inclusivas y adaptadas a sus características y afinidades múltiples. Desean encontrar “su viaje, no un viaje” y esto abre importantes territorios de oportunidad para quien sepa verlo.
Mercados de oportunidad turística sénior
En términos de tendencia de negocios vinculados al turismo sénior destacamos algunos que, a nuestro juicio y tras una amplia observación de lo que está ocurriendo en diversos entornos y mercados, presentan una alta potencialidad y capacidad de desarrollo:
- Turismo de salud, tanto médico como el vinculado al bienestar y vida saludable (Wellness), ambos de enorme proyección. El termalismo, de amplia tradición en nuestro país y peso de los clientes sénior, seguirá manteniendo en este contexto un alto nivel de atracción para este colectivo.
- Turismo de cruceros, tanto marítimos como fluviales, donde el cliente sénior sigue siendo el perfil dominante. Los formatos temáticos están surgiendo adicionalmente como una alternativa atractiva para determinados colectivos específicos.
- Viajeros en solitario, en modo “traveller only”, bien integrándose en grupos de viaje, o bien de forma independiente, pero que demanda apoyo en la planificación y otras operativas.
- Alquiler silver, tanto en términos de hospedadores como de hospedados sénior, tal y como ya ha apuntado la plataforma de alquiler turístico Airbnb y otras en cuanto al crecimiento experimentado en ambas dimensiones en ciclos previos a la pandemia.
- Turismo “experiencial” y/o especialista: de aventura, urbano, cultural, gastronómico –foodish-, deportivo, de lujo, de naturaleza… pero centrados en viajeros sénior.
- Turismo intergeneracional, bien en familia, más tradicional, o bien en la modalidad de creciente peso en algunos países denominado “skip-gen travel” (viajes en solitario abuelos-nietos).
- Nómadas digitales sénior, donde la expansión de la digitalización en el colectivo sénior está siendo clave para impulsar este fenómeno como vía para conocer nuevos lugares en clave de movilidad (tránsito más o menos intenso) y complementarse con la actividad profesional.
- “Staycation” o turismo de proximidad. Donde priman los viajes domésticos en formatos y formulas muy diversas, tanto de desplazamiento como de alojamiento.
- Turismo de larga estancia, donde se produce el retiro en lugares ajenos al de procedencia para realizar estancias prolongadas (meses, normalmente), con mayor o menor grado de repetición y/o cambio de destino.
En próximos posts hablaremos en mayor profundidad de algunos de ellos.
Y ante este escenario de oportunidad, ¿qué claves son cruciales activar?
Este escenario de gran diversidad del perfil del viajero sénior y de mercados conduce inevitablemente a una creciente sofisticación y especialización de la oferta turística, que exigirá una evolución en los agentes participantes, ya asentados o en proceso de incorporación a estos mercados, tanto en términos de propuestas como de comunicación y prestación de los servicios turísticos, y que involucra a toda la cadena de valor turística. Porque una experiencia de viaje satisfactoria es integral o no es.
Conocimiento, segmentación y especialización sénior, conforman a nuestro juicio el “trío de ases” necesario para aprovechar en mayor medida estas oportunidades. Sin estas componentes la propuesta de valor de los agentes del sector pecará más que probablemente de incompleta, poco diferenciadora y desconectada del target sénior al que se dirija, y, en consecuencia, de rentabilidad no optimizada.
Los viajeros sénior presentan una gran variedad y heterogeneidad de perfiles hasta ahora poco reconocidos por la industria turística, abriendo nichos de clara oportunidad que requieren especialización.

No hay que olvidar, además, el impacto de la tecnología y la digitalización como vectores transversales que están transformando el propio sector turístico a todos los niveles.
Tecnología 5G, Big Data, Realidad Virtual (RV), Realidad Aumentada (RA), inteligencia artificial, IoT, tecnología biométrica…, se expanden con claridad en el sector y están evolucionando ya actualmente la experiencia de viajar, facilitando la personalización y una experiencia sensorial y de atención nuevas (autogestión, cero colas, entorno accesible, menor intermediación, etc.), así como interacciones más cómodas y seguras. Y por el lado del negocio, mejorando la eficiencia y eficacia de sus actuaciones y procesos.
La hibridación entre lo digital y lo humano irá ganando posiciones sin duda en todos los procesos turísticos, pero ello no significa olvidarse de las características de los clientes sénior en su diseño (inclusivo), y más, si el mercado objetivo de tu negocio es precisamente el compuesto por estas PERSONAS…
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