LOS SÉNIOR, UNA PRIORIDAD PARA EL SECTOR DEL AUTOMÓVIL (PARTE I)
¿Sabías que para 2030 habrá cerca de 23 millones de personas mayores de 50 años en nuestro país, según las proyecciones del INE, aproximadamente un 48% de la población española? ¿Y que buena parte de ellos serán conductores? ¿O que son el porcentaje de compradores de vehículos más importante? ¿Y, además, de vehículos con un precio medio mayor?
MENOS CONDUCTORES Y MÁS SÉNIOR
Efectivamente, de acuerdo con el último censo de la Dirección General de Tráfico (DGT) de 2020, en España había en torno a 6,8 millones de conductores mayores de 50 años con licencia de clase B de un total de 16,3 millones, un 41,2% globalmente. Un porcentaje que en el tiempo ha ido creciendo de forma imparable. En 2009, por ejemplo, este valor se situaba en un 27%, mientras que en 2018 era de un 39% y, en el ejercicio 2019 este ratio superaba ligeramente ya la cota del 40%.
Esta tendencia al crecimiento de su peso relativo se mantendrá en los próximos años por dos razones principales que, combinadas, potenciarán sus efectos. Por una parte, las proyecciones demográficas del INE, que tal y como ya apuntábamos, pronostican que en 2030 las personas que superarán esa edad pasarán del 42% actual (2022) a un valor cercano al 48%, con la incorporación de cerca de 3 millones de personas adicionales.
Y, por otra, la constatación que cada vez hay menos conductores de las generaciones más jóvenes (generación Z, menos de 24 años, y millenials de edad entre 25 y 39 años aproximadamente), quienes apenas superan el 8% en el caso de los primeros, y del 27% en los segundos, con un descenso progresivo que se viene manifestando desde hace años. Este hecho tiene un claro impacto negativo en las cifras del censo total de conductores con permiso B en nuestro país. En concreto, en el periodo 2015-2020 se ha visto reducido en más de 2 millones de personas (-11,3%).
Y eso que el parque de vehículos no ha dejado de crecer (más de 3 millones en el periodo 2020-2010) de turismos, según las cifras de la Dirección General de Tráfico recogidas en el Informe Anual 2020 de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), y el porcentaje de turismos por cada 1.000 habitantes se ha situado en 530 unidades, lo que supone un aumento del 12% respecto a la cifra de 2010.

I Los conductores +50 representan un alto porcentaje del total
¿POR QUÉ LA CONDUCCIÓN PIERDE INTERÉS EN LAS NUEVAS GENERACIONES?
Un reciente estudio de la plataforma de movilidad compartida Uber de 2021 constataba el menor atractivo de la conducción para las nuevas generaciones. Frente al 81% de los ‘baby boomers’ (edad de 55 a 69 años aproximadamente) que se han sacado el carnet de conducir, poco más de la mitad de los jóvenes de la generación Z lo han obtenido (58%), por un 74% de los millenials y de un 78% de la Generación X (edad 40 a 54 años). Este menor interés en las generaciones más jóvenes surge por diversos motivos, según apuntan este y otros estudios:
- Limitada capacidad económica (y grandes incertidumbres futuras sobre el trabajo), donde los costes asociados a su compra y mantenimiento o de sacarse el propio carnet son percibidos como muy altos.
- Menor consideración en esta población de la componente de “propiedad” frente al concepto de “uso o utilidad” del coche dentro de su escala de valores y preferencias.
- Creciente restricciones medioambientales y de movilidad en las ciudades, junto a la expansión de nuevas alternativas que se añaden a las ya existentes (transporte público), sobre todo en el entorno urbano, como VTC, carsharing, o de tipo personal como patinetes y bicicletas eléctricas y que valoran de mayor utilidad (un 65% de los más jóvenes declara precisamente este amplio marco de posibilidades como su razón principal para no sacarse el carnet).
Por el contrario, los usuarios de mayor edad reflejan motivaciones, actitudes y capacidades distintas que le siguen manteniendo en una posición altamente proclive a su posesión, por utilidad-conveniencia, sobre todo, laboral, y de disfrute personal. De ahí que, por ejemplo, el medio de transporte predominante en ellos sea habitualmente el coche (un 52% de los usuarios de mayor edad declara desplazarse a su centro de trabajo o de estudios en su vehículo propio, según la investigación de Uber), mientras que los más jóvenes lo hacen preferentemente en medios de transporte públicos.

Volumen creciente y amplitud (diversidad) de este gran grupo poblacional son sinónimos de oportunidad de mercado para todos los sectores económicos. Y también para el sector del automóvil. Aprovecharla exige una aproximación «más fina« y «profunda» en sus deseos, necesidades y especificidades, que permita ampliar sus modelos y propuestas, así como considerar ciertas claves específicas, incluidas de gestión.
No tenemos duda de que un sector tan dinámico y anticipativo viene ya trazando su hoja de ruta en torno al impacto en sus negocios del envejecimiento de la sociedad, pero estamos seguros de que este fenómeno, junto a otros que ya tiene sobre la mesa como el energético, medioambiental y de sostenibilidad, están ya generando un efecto evolutivo en la propia industria para adaptarse a lo que, sin duda, y en el caso de las personas sénior, constituirán segmentos auténticamente estratégicos en los próximos años.
Visto el contexto, en la segunda entrega abordaremos las necesidades y elementos de mayor valor para el conductor (comprador) sénior, así como algunas de las funcionalidades técnicas que los expertos consideran especialmente prácticas para este colectivo. Asimismo, apuntaremos algunas de esas claves que creemos relevantes para aprovechar esta oportunidad, que no deja de ser un reto para el sector.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!